Que agradable sensación visitar una huerta por la noche con la fresquita, cuando las matas campan vigorosas y exultantes en la penumbra. Si tenéis la oportunidad no dejéis de hacerlo, alimenta el alma…
Aprovechando una visita nocturna a la casa de Alfons, en una noche veraniega de esas tan típicas en el sur en compañía de buenos amigos, nos escapamos unos minutos a dar una vuelta por los bancales de tomateras, cuando nos topamos con esta obra de arte.
¡No me digáis que no se curra los tutores! Como se nota que el tío es creativo.